Niño de Mulukukú convierte cartón en réplicas de buses y camiones
En el marco del concurso departamental gastronómico “Sabores de mi Patria”, realizado el pasado fin de semana, en Mulukukú, la creatividad de la niñez nicaragüense volvió a sorprender. Entre platillos típicos y aromas tradicionales, una réplica a escala de un bus de transporte público, elaborada con materiales reciclados, se robó las miradas de los asistentes.
La obra es creación de Wilder Obed Centeno Figueroa, un niño talentoso de la comunidad, quien con cartón, plástico y mucha imaginación logró dar vida al “Bus del Malacate”, recordado por el accidente ocurrido el pasado 27 de mayo en Siuna.
Un talento que nació del ingenio
La idea surgió a raíz de un pedido especial. “Un niño de Mulukukú me pidió que hiciera un bus, pero que no fuera piñata. Eso nos dio la idea de hacer un bus solo de adorno”, explica Wilder. Con el apoyo de sus padres, Henry Centeno y Dora Lilian Arroliga, y su hermana, el pequeño ha perfeccionado cada réplica hasta lograr piezas con gran nivel de detalle.
Emprendimiento familiar
El proyecto funciona como un verdadero taller creativo. Mientras Wilder se encarga de diseñar y ensamblar, sus padres lo apoyan en la elaboración y su hermana se encarga de enviar las piezas hacia Managua y otras zonas del país.
Los precios varían según el modelo:
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Réplica de bus: C$1,500
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Réplica de camión: C$1,300 a C$1,400 (con envío incluido)
Reciclaje convertido en arte
El proceso es un claro ejemplo de economía circular y creatividad sostenible. La familia utiliza cartón, tapones de plástico, fomi, palillos, paletas de helado, tubos y pintura en spray para dar vida a estas obras que combinan ingenio, estética y conciencia ambiental.
Para solicitar una réplica personalizada, los interesados deben enviar fotos y videos del vehículo original, además de realizar un depósito del 50% del costo a través de billetera móvil al número 8362-2798.
Creatividad que inspira
Más allá de un emprendimiento, el trabajo de Wilder representa un mensaje de resiliencia, talento y aprovechamiento de los recursos disponibles, transformando lo que otros desechan en verdaderas piezas de colección que ponen en alto el nombre de Mulukukú.